En las relaciones tradicionales, la fidelidad suele ser vista como el pilar que sostiene a la pareja frente a las adversidades cotidianas. “Hasta que la muerte nos separe” es el lema que sigue resonando en el matrimonio religioso, aunque el comportamiento de muchas parejas a menudo contradice esta promesa.
Entonces, ¿es la fidelidad una meta o un punto de partida? ¿Debería ser un principio o un objetivo al cual aspirar? La realidad es que, para muchos, esta promesa es difícil de cumplir, especialmente en un mundo donde los deseos y necesidades individuales evolucionan. Quizás la fidelidad sea, más que un compromiso estático, un proceso de aprendizaje y adaptación a los cambios de uno mismo y del otro.
La fidelidad cobra sentido cuando se trata de estar presente para la otra persona, de ser apoyo en los momentos difíciles y de priorizar su compañía. Esta actitud no es poca cosa. La vida en pareja requiere atención constante y la búsqueda de nuevos estímulos para evitar que la relación caiga en la monotonía. Una relación estancada y carente de vida es una relación destinada a fracasar, y en ella la fidelidad pierde su significado.
Además, la fidelidad no se limita al ámbito sexual. Es, en muchos sentidos, una fidelidad afectiva al proyecto de vida en común. Ser fiel implica mantenerse atento a las necesidades emocionales del otro y trabajar por una vida en pareja enriquecedora. Sin embargo, las circunstancias y los cambios personales pueden llevarnos al distanciamiento cuando dejamos de compartir, de comunicar y de atender las necesidades afectivas, sexuales, espirituales y sociales del otro.
Existen “fidelidades” que, pese a mantenerse en lo superficial, en realidad traicionan el verdadero compromiso, mientras que algunas “infidelidades” pueden servir para redescubrir el amor y la conexión perdida en una pareja. Estas experiencias pueden, en algunos casos, reavivar la relación y recordarnos el amor que nos unió, aunque las circunstancias nos hayan alejado.
El verdadero desafío de la vida en pareja es equilibrar la realización personal con el compromiso hacia el otro, y esto solo se consigue mediante un diálogo constante y sincero. La fidelidad no es el fin, sino un medio para construir una convivencia significativa.



La pareja del futuro necesita basarse en la igualdad, no en el dominio o la dependencia. A la pareja se va a crecer, a potenciarse mutuamente, no a limitarse ni a luchar por el poder. Así, se crea un espacio en el cual ambos puedan desarrollarse libremente y experimentar nuevas etapas juntos, quizás con una sola persona o, en algunos casos, con varias a lo largo de la vida.
Hoy en día, vivimos en una época compleja, marcada por la flexibilidad de valores y la necesidad de construir nuestro propio sentido de la vida. En ausencia de certezas religiosas o ideológicas que nos guíen, debemos asumir la responsabilidad de definir y vivir nuestros propios valores. Con esto en mente, la vida en pareja se convierte en un proyecto donde el placer y la realización compartida se entrelazan, y donde el límite de nuestro placer debe ser el respeto hacia el bienestar del otro.
En última instancia, la sexualidad puede ser un espacio de encuentro y disfrute mutuo, donde el placer compartido refuerza la relación. Es un recurso invaluable para construir una vida compartida y, cuando se vive con respeto y generosidad, es una expresión poderosa de la grandeza humana.
Y definitivamente, no se puede construir un gran palacio si no se le dedica el suficiente esfuerzo, tiempo y dedicación, así pues puedes decidir construir sólo chozas de paja, casas de ladrillo, o mansiones bien cimentadas con recovecos para cada una de las etapas de re-encuentro con uno mismo y la pareja. La pareja es, entonces, una construcción viva, donde hay que estar atentos de sus necesidades del momento, teniendo siempre presente los valores que cimentan su convivencia y dan soporte a las tempestades.
Así en ConcienXuality les animamos a todos nuestros cómplices en evolución, que empiecen por definir primero los valores a través de los cuales quieren crecer con su cómplice de vida, y después se mantengan atentos a los ajustes que habrá que hacer de manera creativa para mantener viva a la pareja, en un regocijo de divertida creatividad envuelta de respeto.
A divertirse creándose en complicidad respetuosa y divertida.
Si quieres saber cuáles son las nuevas tendencias en las relaciones de pareja y cuáles son sus ventajas o desventajas, no dejes de leer nuestro siguiente post.
¡En ConcienXuality fomentamos el Placer que construye relaciones más fuertes!
P.D. Cuéntanos cuáles son los valores que crees más importantes para la construcción de una relación de pareja a largo plazo, respetuosa y divertida ¡nos encantará leerte!